miércoles, 12 de octubre de 2011

Pasta para el TDT Party

La multiplicación de canales de televisión y radio de hace unos años desembocó en un aumento de las señales informativas de la derecha que se empezó a conocer como el TDT Party, un conjunto de medios audiovisules orientados más a la derecha de lo que estábamos acostumbrados y que estaba formado por canales del estilo de Intereconomía, Libertad Digital, Popular TV, Veo7, La10 o (incluso) TeleMadrid.

Con el paso de los años, la crisis y el desmenuzado brutal de la tarta publicitaria, la mayor parte de estos medios han tenido que replantearse su modelo de negocio y cerrar algunas de sus áreas (caso de Veo7 y La10) o tomar el más penoso y lastimero camino de la caridad de los fanáticos. Este último fue hace unos meses el caso de Intereconomía, que en un primer momento directamente puso a disposición de sus seguidores un número de cuenta en la que ingresar las ayudas financieras al medio, y que más tarde y debido al escarnio general que causó el mendigar ayudas para su empresa, cambió el modelo por el de "club de socios", un club de socios de pago que eliminaba el nada glamouroso cariz de la limosna para cambiarlo por el no mucho más digno (para una empresa privada) estilo de la limosna domiciliada



Visto que las audiencias no ayudan y que la publicidad continúa sin ser suficiente para sostener la empresa, el medio que puso una tienda en su página web para vender jamones y figuritas de sus presentadores estrella, Libertad Digital,  ha decidido seguir la senda de Intereconomía y pedir directamente a su público que saquen su orgullo por seguir un medio de la más pura y rancia derecha y lo transformen en dinero contante y sonante.

Lo más curioso del caso es que uno de los elegidos para promocionar su nuevo carnet de socios es Federico Jiménez Losantos, la estrella de la radio del grupo, EsRadio, y el hombre que hace unos meses se regodeaba en las saneadas cuentas de su grupo de medios mientras su competencia en el TDT Party se arrastraba por el fango de la telemendicidad. Bueno, pues Losantos ya se ha bañado en el barro de la súplica que ya cató al vender los muñequitos de su noble figura, y no parece que le haya resultado tan jocoso como cuando lo hacía Intereconomía.

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