jueves, 27 de octubre de 2011

Yatterman, el lado tonto de Takashi Miike

  Takashi Miike es un director caótico y anárquico sin ningún tipo de control sobre su imaginación (opino). Por eso hace cosas rarísimas que no tienen nada que ver con lo que se pueda esperar de él (sea lo que sea). Si habéis visto Ichi the Killer, Audition y 13 asesinos, pasaos la lado duro con Yatterman. Kitsch hasta la náusea, rosa como el vómito de Paris Hilton y muy muy (pero que muy) absurdo. Aquí una muestra: 

domingo, 23 de octubre de 2011

"Caro Diario", el cine (casi) más grande que la vida

  Impresionante el discurso que articula el italiano Nani Moretti en Caro Diario. Tres capítulos sin ningún nexo de unión salvo el protagonista, el mismo director, y su manera suavemente irónica de ver la vida. Tres capítulos tan llenos de cine que por momentos abandona cualquier pulsión narrativa por el interés puramente estético de la expresión emocional.



  Moretti construye su teoría sobre el cine-vida con tres trayectorias personales sin nigún conflicto aparente que llena de matices y reflexiones con tanta posibilidad discursiva que solamente se perfilan y que no se definen con claridad. Es la superposición, la yuxtaposición y el contraste de esos matices de absoluta belleza los que crean una sensación total que se va modificando y aumentando hasta que el mensaje, el lienzo completo, se vislumbra con la sinceridad y la inaprensibilidad que tienen los relatos vitales más exactos.

  La vida es inabarcable, no cabe en un relato, pero Moretti es capaz de tratar de filmarla en sus momentos de mayor verdad y reunirlos para que la sintamos más cercana de lo que estamos acostumbrados.

domingo, 16 de octubre de 2011

Las mil formas de ver el cine

  A medida que vas hablando, leyendo e investigando el cine te vas dando cuenta de que no hay una sola manera de acercarse a un texto fílmico, sino que hay cientos o miles (bueno, igual un poco exagerado).Así, si tomamos como ejemplo, yo qué sé, Eduardo Manostijeras, podríamos ver la película fijándonos en la historia que cuenta y en las sensaciones que nos provoca su desarrollo. Esta sería la que la mayoría de la gente usa y probablemente la que a mayor nivel de subjetividad se presta. Pero si rascamos un poco (o un mucho) más en la superficie del texto podemos encontrar perspectivas igual de fascinantes o más.

  Podemos fijarnos en su relación con otros textos, literarios, audiovisuales, mitológicos, artísticos, y ver la relación que tiene con los mitos creadores al estilo de Frankenstein, Prometeo, Pigmalion,... ; o su relación con el romanticismo y la novela gótica y sus ambientes mágicos inscritos en la sociedad victoriana; o vincularlo con el resto de la obra de Burton y comprobar lo que supone este cuento siniestro dentro de la carrera del autor.

  Por otro lado, podríamos analizar la estética del filme, y profundizar en su uso de la fotografía y la iluminación para crear ambientes cromáticos que influyen en el tono de la historia; o acercarnos a su diseño de decorados, vestuario y atrezzo para identificarlo con el cine de terror gótico y con la estética de los felices años 50 americanos.

Estaría también la opción de analizar su guión y la manera en que los personajes están definidos, la profundidad o superficialidad de los protagonistas y secundarios, el interés y peso específico de las tramas, arcos y subtramas de los actantes, o la pertinencia de las peripecias, giros y nudos argumentales de la historia.

Podemos, en resumen, darle peso a cualquiera de las facetas que se nos puedan ocurrir, pero es muy complicado que en el espacio de una opinión, crítica o entrada de blog (ejem) entren o se pueda profundizar en todas ellas. Por eso cuando definimos como "buena" una cinta, tenemos que tener claro a qué análisis de esa cinta nos estamos refiriendo: uno intertextual, estético, narrativo, de género, de guión, psicológico,... o de una ponderación de varios de ellos.

  Lo curioso (o no tanto) del tema es que a medida que discuto sobre cine con distintas personas me voy dando cuenta de que cada uno arrima el ascua a su sardina, en este caso a su ámbito laboral/universitario/investigador. Es decir, cuando un historiador ve "Gladiador", probablemente se estrá fijando casi en exclusiva en su certeza al apuntar datos históricos más que en su capacidad audiovisual o su potencial como narración.

  Desde mi caso particular puedo recordar a científicos que ven "El origen del planeta de los simios" mediados por su posibilidad empírica, doctoras de género que centran "Sucker Punch" en la manera en la que presentan la figura de la mujer o literatos en ciernes que en una adaptación literaria buscan la similitud del transvase a la pantalla. Más dentro aún del mundo de la investigación audiovisual, existen casos a los que solo les interesa la capacidad intertextual del discurso, otros a los que la forma del montaje les parece lo fundamental, aquellos a los que la estética les resulta la base del cine y, cómo no, mi caso, en el que por mucho que trate de desdoblarme en mil campos a la vez, siempre veré el texto visual como una cuestión de encuadre, tiempo narrativo y focalización.

miércoles, 12 de octubre de 2011

Pasta para el TDT Party

La multiplicación de canales de televisión y radio de hace unos años desembocó en un aumento de las señales informativas de la derecha que se empezó a conocer como el TDT Party, un conjunto de medios audiovisules orientados más a la derecha de lo que estábamos acostumbrados y que estaba formado por canales del estilo de Intereconomía, Libertad Digital, Popular TV, Veo7, La10 o (incluso) TeleMadrid.

Con el paso de los años, la crisis y el desmenuzado brutal de la tarta publicitaria, la mayor parte de estos medios han tenido que replantearse su modelo de negocio y cerrar algunas de sus áreas (caso de Veo7 y La10) o tomar el más penoso y lastimero camino de la caridad de los fanáticos. Este último fue hace unos meses el caso de Intereconomía, que en un primer momento directamente puso a disposición de sus seguidores un número de cuenta en la que ingresar las ayudas financieras al medio, y que más tarde y debido al escarnio general que causó el mendigar ayudas para su empresa, cambió el modelo por el de "club de socios", un club de socios de pago que eliminaba el nada glamouroso cariz de la limosna para cambiarlo por el no mucho más digno (para una empresa privada) estilo de la limosna domiciliada



Visto que las audiencias no ayudan y que la publicidad continúa sin ser suficiente para sostener la empresa, el medio que puso una tienda en su página web para vender jamones y figuritas de sus presentadores estrella, Libertad Digital,  ha decidido seguir la senda de Intereconomía y pedir directamente a su público que saquen su orgullo por seguir un medio de la más pura y rancia derecha y lo transformen en dinero contante y sonante.

Lo más curioso del caso es que uno de los elegidos para promocionar su nuevo carnet de socios es Federico Jiménez Losantos, la estrella de la radio del grupo, EsRadio, y el hombre que hace unos meses se regodeaba en las saneadas cuentas de su grupo de medios mientras su competencia en el TDT Party se arrastraba por el fango de la telemendicidad. Bueno, pues Losantos ya se ha bañado en el barro de la súplica que ya cató al vender los muñequitos de su noble figura, y no parece que le haya resultado tan jocoso como cuando lo hacía Intereconomía.

domingo, 9 de octubre de 2011

"Cacería" el espíritu indie del terror

  Las cosas como son, "Cacería" ("Wilderness", Michael J. Bassett, 2006) es una película de terror plagada de tópicos (la premisa de la cacería humana es más vieja que la tos, recordemos en este mismo blog Poppers), con fallos y cutrezas de dirección muy duros (cambiar de cámara y de lentes en mitad de una escena debería esar prohibido por la Academia de Cine) y unas actuaciones de función de fin de curso.


  Pero también es verdad que tras estre producto de segunda fila sin pretensiones se esconden un par de hallazgos curiosos. Por un lado el discurso a lo Battle Royale o Misfits sobre la problemática de la juventud excluida e inadaptada de la sociedad moderna y las derivaciones violentas que conlleva. Y por otro lado el fresco espítitu underground que rodea toda la película, con referentes del gore y el cine independiente británico, en especial de la estética, la estructura y los elementos ambientales de Dog Soldiers. En definitiva, que no es la película más necesaria del terror inglés, pero con su anárquico aire de cine de gamberro aficionado al género le hacen resistir con solvencia el visionado.

jueves, 6 de octubre de 2011

Dora la Exploradora y la carnaza para los medios

Hace un par de días la noticia de la pelea en la Puerta del Sol entre Dora la Exploradora y Minnie Mouse (mediada entre Bob Esponja y Patricio) se convertía en un trending que todo el mundo quería leer y todos los medios pugnaban por tratar de redactar con la mayor mala baba posible. Normal, la gente también se alimenta de chorradicas como esta, y no solo de crisis, recortes y mierdas del corazón.

  Pero a medida que se piensa más, uno se da cuenta de que más allá de lo risible del asunto, debajo de esos disfraces se esconde una historia que ha desembocado en violencia y que los medios y el público ha decidido tapar con una intrascendente capa de dibujo animado infantil subvertido.



  El medio que, por ahora, ha tocado el cielo de la degeneración periodística con esta historia ha sido TeleMadrid, que en esta entrevista en Madrid Directo ha sido capaz de mirar a la cara de la persona que estaba bajo el disfraz de Dora, y reírse de su drama sin que los intentos de la mujer por tratar de denunciar e informar sobre su situación le importaran una mierda al periodista que la preguntaba al oído si Bob Esponja es buena gente o a los presentadores que desde plató pedían más sangre. Vergüenza debería darnos estar dando este ejemplo desde los medios de comunicación. La humillación del desgraciado como medio de escarnio público y de conquistar a la audiencia.

sábado, 1 de octubre de 2011

"Poppers", más allá de lo lamentable

  No sé si se puede decir algo bueno de este subsubproducto cinematográfico al borde del género terrorífico. Todo en esta producción de 1984 produce más vergüenza ajena que deleite. La historia podría pasar por un giallo, algo de gótico americano o incluso por cierto spanish gothic con elementos urbanos: un grupo de decadentes aristócratas y empresarios inician una cacería humana del asesino convicto de hijo de uno de ellos. El ridículo relato entre lo rural y el neopunk que se construye a partir de esta premisa es tan lineal que avergüenza, con una música de frenopático ochentero desquiciante, unas actuaciones de juzgado de guardia (alguna incluso de cadena perpetua) y un director al que habría que condenar de por vida por haberse atrevido a coger una cámara.


  No hay absolutamente nada salvable en este mediocre discurso exploit que trata de aprovechar el cruce entre la nueva juventud de la movida y la clase dirigente tradicional. Ni su estética, ni su capacidad de transgresión (que no la tiene), y ni siquiera una capacidad para presentar ese submundo cyberpunk que en varias ocasiones trata de poner en foco (ese baile de vedette gótico en un local de skin-heads estabulados con un foro relleno de cabras... por dios).

  En resumen, un despróposito en sesión contínua de nuestro cine patrio que debería haberse abortado en la preproducción y que queda como ejemplo de la mierda que se puede llegar a hacer cuando no se tiene la más remota idea sobre cine.

  Si alguien quiere datos de esta auténtica basura del séptimo arte: "Poppers"