sábado, 25 de febrero de 2012

Premios Oscar 2012 (II): Chico y Rita

Tanta campaña, buenas críticas y eco en los medios para que al final Chico y Rita no sea más que una serie de los más burdos tópicos sobre historias de amor imposible que Hollywood lleva repitiendo desde hace más de medio siglo, pero, eso si, salpicados por los más ofensivos esterotipos que una mente pueda perpetrar sobre los cubanos: las mujeres hipersexualizadas, el machismo por raza, el estilo de vida vividor de perro callejero y el ritmo salsero en la sangre. Nada suena a nuevo en este musical de animación y huele a apolillado aunque quieran darle el toque de frescura de la animación de los dibujos de Mariscal, tan parecidos cuando se mueven a los del caricaturista Al Hirschfeld que cuesta no creer que estén hechos a posta para convencer al público anglosajón.


Me metería más a fondo a hablar del sinsentido de la trama, simple como el mecanismo de un chupete, del poco acierto a la hora de animar los trazos simples del diseñador y de los problemas de movimiento y espacio que derivan de ese poco acierto, pero valga decir que la aparición de Estrella Morente de entre la niebla de la película ya resume el tono general de la cinta: un sinsentido con ínfulas de homenaje a la música con mayúsculas que no termina de ser más que una leyendita de amor que algún viejo trovador habanero podría algún día contar a sus nietos, y no hay más.