martes, 17 de abril de 2012

El Rey y las indignaciones de moda

Hace unos años nuestro amado Rey se fue supuestamente a las tierras rusas a que le emborracharan un oso para matarlo (poco más o menos, la noticia entera aquí), y pese a que la noticia tuvo su particular relevancia, tampoco es que se liara demasiado gorda ni nadie con cierta responsabilidad pidiera explicaciones, cabezas o encuestas de popularidad borbónica. Pero en estas fechas Juan Carlos se ha ido un poco más al sur a pegar tiros y las redes hierven, los medios se regocijan y a la Casa Real hay que echarles hoy o ayer (yo siempre he sido más de ayer).

¿Cuál ha sido el gran cambio? ¿Estamos ahora más encabronados con lo que sea que nos pongan delante después de años de crisis/estafa? ¿Las redes sociales sacan el troll que llevamos dentro magníficando cualquier enfado hasta hacerlo motivo de revuelta popular semanal? ¿Han sumado demasiado puntos los Borbones con las manos largas de Urdangarín, el pie ya menos largo de Froilán y la cadera cibernética de su Majestad como para llevarse el premio gordo de enemigos del pueblo? ¿Necesitamos una distracción de la mierda que vemos cada día sobre nuestra economía (micro y macro) y los Borbones son un blanco fácil (y campechano)?

Yo, yendo por delante que creo que este señor lleva los mismos años de Rey del que está faltando una República en este país, creo que son todas ellas: estamos encabronados, somos más trolls y cibertrolls, la familia Real se lo está currando mucho y necesitamos sangre en la arena pública. Un caldo muy rico que, con un poco de suerte, termina con una monarquía menos en el mundo. Ojalá