domingo, 11 de marzo de 2012

'La antena', la experimentación estética del cine mudo.

Rescatada de entre las vitrinas del cine para minorías por el éxito de 'The Artist', 'La Antena', esa película argentina de visión obligatoria en todas las facultades de cine del mundo (debería serlo), demostraba ya hace 4 años que aun era posible innovar en el audiovisual usando de base el cine silente. 

No es que sea una gran película, pero desde luego sí que es necesaria por la agresividad con la que Esteban Sapir se dedica a derribar todas las convenciones narrativas y plantea una curiosa hipótesis como subtexto acerca de las posibilidades cinematográficas que se habrían abierto en el séptimo arte si el sonoro sincrónico no se hubiera impuesto. Un cruce de caminos entre el videoclip, la estética del cómic y de la animación experimental y un amoroso homenaje al cine mudo europeo, el soviético y alemán expresionista principalmente. 

El principal problema con el que se encuentra Sapir es el ritmo, que pierde tras los primeros 20 minutos de película y que no vuelve a encontrar salvo quizá hacia la parte final de la hora y media larga de la cinta. Pero como decía Bárbara Escamilla en su crítica en Cinemanía, los momentos en los que la historia va perdiendo al espectador se puntúan afortunadamente con momentos de puro oro estético y de cine en estado de gracia que hacen olvidar en parte lo torpe y vulgar del guion.

miércoles, 7 de marzo de 2012

Tim Burton está seco

La cosa está así, Tim Burton era un genio, y sigue teniendo su chispita creativa que le permite dar a luz obras curiosas con un toque original y que todos reconozcamos su estilo por el tipo de proyecto, el ambiente y (vale, esto también hay que decirlo) porque en la mayoría salen Johnny Depp y Helena Bonham Carter. Pero cada vez son más las películas que parecen hechas por encargo, con vagancia o simplemente para ganar pasta gansa por su nombre bonito (y ojo, que no digo que sean malas, digo simplemente que no se arriesga una mierda).

Y esto viene al caso de que mirándome el otro día las pelis suyas que nos llegan en los próximos años, resulta que de las cuatro que tiene en proyecto, las cuatro son adaptaciones: una de un libro infantil (Pinocho), otra de un juego de mesa (Monsterpocalypse), la tercera de una serie de los años 60 (Dark Shadows) y la última (pero no la última en estrenarse) de su corto iniciático Frankenweenie. Todo esto, y visto que el tráiler de la peli del perro monstruo de Frankenstein podría pasar por la segunda parte de La novia cadáver más que por la reversión del corto suburbial que debería, tengo cada vez más la sensación de que ya hemos pasado los años dorados de Burton y que no queda gran cosa que esperar del que fuera uno de los directores más locos del cine mundial. Ojalá cuando vea estas pelis resulten ser buenímas y me tenga que comer mis palabras, pero ya me voy imaginando que no.